La euritmia es un nuevo arte de movimiento creado en 1912. La palabra está compuesta de “eu” (bello, armonioso) y  “ritmia” (movimiento, ritmo). Por lo tanto su significado genuino es “un ritmo bello, armonioso”. De esta disciplina nacerá también la euritmia pedagógica, y en 1921 la euritmia curativa. Desde la fundación de la primera escuela waldorf en 1919, la euritmia forma parte del currículo escolar, acompañando el desarrollo de los alumnos y apoyando las materias de la clase principal, desde el jardín de infancia hasta la secundaria.

¡Para entender la euritmia, se recomienda hacerla y vivenciarla!

La euritmia pedagógica
Mediante los sonidos de las palabras o de la música la euritmia estimula la agilidad, la motricidad y la coordinación corporal de los alumnos. También desarrolla la orientación espacial, la concentración, la creatividad y sensibilidad social. La tarea de la euritmia es que el niño en su interior se torna más móvil, ágil y fuerte, fortaleciendo su voluntad.

¿Cómo podemos ayudar el desarrollo de la euritmia en las escuelas?
La euritmia pretende desde el movimiento fortalecer el alma infantil y de los jóvenes, por medio de la experiencia musical y poética. Cuando un niño está lleno de imágenes externas, cuando hay una sobre estimulación de los sentidos, por ejemplo del televisor, los video juegos, etc., esto impide que los niños se puedan abrir al movimiento eurítmico.

El movimiento integra nuestros sentidos, y cada movimiento que realizamos con nuestro cuerpo es una expresión visible de nuestra voluntad. Cada movimiento que hacemos, cuenta. La manera en que nos movemos es un espejo de cómo nos sentimos y refleja los valores que tenemos.

La euritmia en el jardín de infancia
En la clase de euritmia el lenguaje rítmico o la música conducen todos los movimientos. Las imágenes de las historias que se explican, que el niño reconoce y imita, son gestos que corresponden a los sonidos del habla o a una vivencia interior. Así el organismo recibe inconscientemente la energía ‘modeladora’ de los movimientos.  A menudo los niños repiten en casa los movimientos de la clase de euritmia, o los “dramatizan”, jugando con sus hermanos o sus muñecas.

Es particularmente importante  la práctica de movimientos con los pies y las manos en muchas variaciones. Si la atención y la destreza llegan hasta los dedos de ambas extremidades sus beneficios se muestran en las facultades del segundo septenio (7-14 años), en el sentido de acrecentar la capacidad comprensiva y fortalecer la memoria del niño en la edad escolar.

En los ritmos de los cuentos trabajados, en el cambio de rápido-lento, voz alta-voz baja, grande pequeño, ancho- estrecho, claro-oscuro, etc. efectúan en el niño una ‘gimnasia anímica’ que lo concentra, relaja, consolida y libera.

Marije Grommers
Euritmista de l’escola