La euritmia en la escuela acompaña el desarrollo de los alumnos y apoya las materias de la clase principal; comenzando en una rueda con formas simples en las primeras clases, hasta llegar a grandes espectáculos con los jóvenes de la secundaria.

A través de pequeños cuentos y la música los niños aprenden a expresarse corporalmente.

Al interiorizar las imágenes del cuento, las hacen visibles en movimientos eurítmicos, moviéndose en el ritmo de lenguaje o el acompañamiento musical. Con la base del círculo, los alumnos aprenden en las primeras clases de la primaria a caminar las formas espaciales básicas: un círculo, un triángulo, un cuadrado y conocen y pueden expresar todos los sonidos del alfabeto. Y por medio de ritmos y pequeños ejercicios, los niños desarrollan la coordinación corporal y espacial, la motricidad y destreza y aprenden a dominar su propio movimiento.

Los valores 

A través de sus vivencias y sentimientos los chicos y chicas de primaria aprenden a formarse a sí mismos, a formar su interior.  Crear un movimiento interior tiene todo que ver con las fuerzas vitales, y con eso nos mantenemos sanos. Por eso la euritmia pedagógica también es conocida como ‘gimnasia anímica’. La euritmia pedagógica crea en el niño una vida anímica’, que le ayuda para la vida futura como adulto.  La práctica de la euritmia puede causar alegría de ser y estar con uno mismo y con los otros.

A menudo a partir de la 4ª clase los alumnos practican los elementos de la música más específico; los tonos, la escala y caminan ahora el ritmo de la música de manera exacta, moviéndose en coreografías más complejas; p.e. la estrella, la lemniscata (ocho), o moviéndose en varios grupos. Además los niños experimentan el cruce en el movimiento y el espacio. Un cambio importante que se trabaja en el inicio de la 4a clase es ‘la frontalidad’, estar  girado hacia delante, lográndose así una nueva postura ante el mundo. Es decir, caminando un círculo mirando el punto central o caminándolo manteniendo la frontalidad, son dos vivencias totalmente distintas.

Esto implica una mayor autonomía espacial. Ahora la clase puede moverse en formas espaciales simétricas, en espejo. Por medio de estas formas geométricas aprenden a tener a los demás en la conciencia, haciéndose responsables del buen resultado del conjunto. Al mirar uno al otro y cómo lo hacen juntos; ahora debe adaptarse al conjunto. Que es una calidad importante y necesario durante su propia vida.

Los alumnos más grandes trabajan ya con poemas y piezas musicales específicas para su edad. Aprenden ahora por ejemplo los intervalos o los ejercicios de barra (tubo de cobre). Los ejercicios de barra sirven para practicar las direcciones: abajo-arriba, derecha-izquierda, delante-detrás, dirigiendo la atención interna, haciendo visible el camino hacia las respectivas metas. Además, estos ejercicios ayudan a que las manos se hagan ágiles y flexibles hasta las puntas de los dedos.

El ritmo como fuerza generadora

Los movimientos eurítmicos están impregnados con ritmo, la contracción y expansión. En la alternancia de ‘inspirar y expirar’ se crea un espacio interior : ‘entra en mí; sale de mí’, tensión y relajación. En esta respiración, el alma puede oscilar entre las polaridades, simpatía-antipatía, tristeza-alegría, risa-llanto… Las manifestaciones de la naturaleza se presentan siempre en un balanceo entre polares y está reflejado en los procesos vitales en el cuerpo humano. Cuando el elemento rítmico se hace visible, nace la euritmia.

Marije Grommers
Euritmista de l’escola